lunes, 2 de febrero de 2009

ICONOGRAFÍA CRISTIANA

INTRODUCCIÓN
En este trabajo a manera de ensayo, hablaré sobre la iconografía cristiana, comenzando por una breve definición de lo que es la iconografía, tanto como su significado etimológico hasta como ciencia o rama de la historia en nuestros días, de ahí partiremos a lo que nos compete que es la iconografía cristiana, dando un breve contexto histórico sobre la misma y el origen del cristianismo así como la asimilación a las imágenes de esta nueva religión en su momento, y como actualmente pareciesen ser parte fundamental de su doctrina, entraremos de lleno a la iconografía cristiana manejando la importancia de esta para un mejor entendimiento de este movimiento artístico, filosófico, ideológico y político, veremos elementos fundamentales en la iconografía de Cristo, de sus sacramentos, de la biblia y concepciones metafísicas plasmadas en el arte cristiano, con el anexo del articulo publicado por Inés Ruiz Montejo “el nacimiento de la Iconografía cristiana” finalizando con mis conclusiones, bibliografía usada y algunos links en el internet que podrán ser de ayuda para reafirmar lo dicho en este mismo, espero este texto sea del agrado del lector.
DEFINICIÓN DE ICONOGRAFÍA Y SU CONTEXTO HISTÓRICO PARA UN MEJOR ENTENDIMIENTO DE LA ICONOGRAFÍA CRISTIANA
Para comenzar este trabajo sobre iconografía cristiana tenemos que puntualizar un dato importante para la mejor comprensión de este, me refiero a una definición de iconografía, entendemos por iconografía a la descripción de las imágenes y también el estudio y colección de las mismas. La iconografía es una palabra compuesta de icono (imagen) y grafe (escritura o descripción), como ciencia la Iconografía estudia el origen y formación de las imágenes, su relación con lo alegórico y lo simbólico, así como su identificación por medio de los atributos que casi siempre les acompañan. Esta ciencia tiene su origen en el siglo XIX y fue desarrollada a lo largo del XX.
Algo interesante ocurre en el Concilio de Trento[1] de lo cual tenemos que hablar antes de entrar de lleno a lo que nos compete. En la sesión número veinticinco del Concilio de Trento se estructuró un Decreto sobre las imágenes. En este se señalaba las características que debían seguir y sus funciones a cumplir. Distinguía dos tipos de imágenes:
1. Dogmáticas, que defendían los dogmas[2] de la Santa Madre Iglesia frente a los protestantes, como Cristo, la Virgen, algunos santos (Pedro y Pablo), Apóstoles y Evangelistas, Padres de la Iglesia y Virtudes teologales y cardinales.
2. Devocionales[3], aquellas que aludían al resto de los santos, los que eran más venerados por tradición o los sacados del santoral hispano-visigodo o mozárabe. También dentro de este grupo se encontraban los llamados santos de las necesidades o taumaturgos que combatían las pestes y las catástrofes, como san Roque, san Sebastián, san Antón y san Miguel Arcángel.
Además de estas imágenes tradicionales, se añadieron las introducidas por las órdenes religiosas, sus santos propios y nuevas advocaciones de la Virgen. Los dominicos aportaron la Virgen del Rosario, los franciscanos, las ánimas y la de Dolores, y los carmelitas la Virgen del Carmen.
Después del Concilio de Trento la devoción mariana invade la iconografía con nombres-topónimo que surgen del lugar de las apariciones en toda la geografía del catolicismo.
Bien una vez teniendo estos datos que nos darán un mejor contexto histórico comencemos nuestro trabajo de iconografía cristiana.
SURGIMIENTO DE LA ICONOGRAFÍA CRISTIANA
Es curioso que “el cristianismo sea la única de la tres grandes religiones monoteístas que admiten el culto a las imágenes sagradas y la representación antropomórfica de lo divino”[4] y digo es curiosos porque centro del cristianismo sabemos que se adopta el rito a la Torah judía, lo que el cristianismo llama el antiguo testamento base doctrinal de la autoridad de todas sus creencias, en el cual se nota una fuerte condena a al culto a las imágenes, a los ídolos, varios pasajes nos denotan esto, como cuando moisés baja del Sinaí y los hombres veneran una escultura de un becerro de oro y esto provoca la ira de Dios, ya que uno de los mandamientos de Dios en su decálogo[5], es precisamente el no venerar falsas imágenes. Jesús Cristo según el evangelio de Mateo dice “no penséis que he venido a abolir la ley y los profetas. No he venido a abolir sino a dar cumplimiento” (Mt 5,17)[6] entonces si el mismo Cristo no aprobó las imágenes, porque los cristianos las aceptaron, bueno cabría decir que cuando Pablo difunde el Cristianismo, el se aparta completamente de lo dicho por Jesús, actualmente muchos estudiosos dirían que el único cristiano que ha existido hasta la fecha es el mismo Cristo, ya que Pablo adopto en mayor razón, muchas de las religiones mistéricas del cercano y medio oriente.[7]
Por otra parte debemos recordar que el icono es un elemento muy importante para dar a conocer algo, es una forma muy certera a dar alegorías a ciertas ideas, por ejemplo la paloma alegoría de la paz, entre otras cosas, los iconos se han usado como propaganda política a lo largo de la historia, me viene a la mente la imagen de la suástica[8] usada por Hitler en su estandarte político, para referir que su campaña tendría buena suerte, algunos místicos afirman que el fracaso de Hitler se debe al haber invertido este símbolo.
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Pablo se dice que también era contrario a las imágenes y esta prohibición seguiría por lo menos hasta el siglo II[10]
tiempo después Constantino al adoptar el cristianismo como religión en el edicto de Milán[11] sabían de la importancia de la imagen para promover cierta doctrina, propaganda, ley, entre otras cosas en este caso la religión cristiana, cuestión que los hombres del clero regular y secular seguirían hasta nuestros días.
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Sin embargo no siempre la iglesia adopto la representación de la imagen de Cristo, fue hasta el siglo IV donde la iglesia acepta que es necesario crear una iconografía propia.[13] Así que a partir de esto quedaba la labor de justificar en las sagradas escrituras esta acción, en principio no muy bien aceptada por todos, esto se desarrollaría entre los intelectuales y posiblemente en las calles, a veces de forma pacifica y en otras ocasiones meramente hostil, prácticamente hasta el siglo XVII.
Ahora mencionare las distintas iconografías del cristianismo, desde la de Cristo pasando por las imágenes del mas allá, los sacramentos y la iconografía bíblica.
LA ICONOGRAFÍA DE CRISTO
La misma iconografía de Cristo, que debió ser elegida con sumo cuidado por Padres y Teólogos, se nutre de imágenes simbólicas paganas especialmente afines a la sociedad romana.
La más significativa es la de Cristo-Pastor: un modesto personaje, vestido con túnica corta, que lleva una oveja sobre sus espaldas. Esta figura se remonta a la imagen del Crióforo que desde la más alta antigüedad representa a los portadores de ofrendas en los holocaustos; el cordero es normalmente la víctima elegida.
El Crióforo aparece ya en el arte hitita y mesopotámico portando el carnero sobre sus espaldas o sujetando al animal delante del pecho. En la Grecia arcaica, el Moscóforo de la Acrópolis recoge el mismo ritual; pero su actitud será la que inspire al Buen Pastor cristiano: con el carnero en los hombros reuniendo las cuatro patas del animal en sus manos[14].
Sin embargo, esta es una imagen específicamente cultual. Se convertirá en alegoría moral cuando el Hermes Crióforo, deidad pastoril de la Arcadia y protector de los rebatos, asuma, por influencia del neoplatonismo, el papel de una divinidad benéfica, de un "dios amigo de los hombres", y llegue a ser en el mundo romano, acuñado en los relatos bucólicos de Teócrito y Virgilio, el símbolo de la filantropía.
Aquí se adecúa precisamente el tema del Buen Pastor cuidando y rescatando a sus ovejas perdidas (alegoría de las almas), que, de acuerdo con las fuentes bíblicas, se convertirá en símbolo de Redención.
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A veces la imagen del Buen Pastor se mezcla y matiza con la del mítico Orfeo, poeta legendario de la Tracia, capaz de amainar a los animales más salvajes con sus melodiosos cantos.
Una cierta proximidad entre la moral cristiana y la moral órfica, en conceptos como el pecado o la purificación, debió contribuir a que el tema se cristianizara con rapidez. Orfeo conserva su actitud y sus atributos, especialmente reseñados en la lira, pero cuando simboliza a Cristo se dirige a ovejas y carneros, las almas más rebeldes, para expresar el poder disuasorio de su Palabra. Él amansaba a las fieras; Cristo, a las almas.
Aparece también, aunque con menos frecuencia, la figura de Cristo-Doctor o Cristo-Maestro de la sabiduría. Es una imagen que reemplazará a la del Pastor casi definitivamente en el siglo IV; pero que ya en el siglo III aparece en la pintura de Catacumbas sosteniendo en la mano un rollo o un códice abierto y levantando a veces la otra mano con un gesto típicamente oratorio.
La forma de representar a este Cristo, con túnica y pallium, sandalias y pelo corto, rememora la figura del filósofo. Es un tema nacido, sin duda, en un medio intelectual que muy bien podría ser Alejandría como centro de meditación y contemplación más representativo de la época.
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Sin embargo, ya es más dudoso que el hombre barbado de los sarcófagos, sentado en medio de sus discípulos, y en ocasiones próximo a la orante, sea una representación de Cristo. Parece más bien una alegoría de la doctrina cristiana; la auténtica, la "verdadera filosofía", que impregna y cobija a cuantos la escuchan. Incluso el fiel difunto asume a veces en su retrato funerario los rasgos del filósofo como forma de expresar que ha muerto en posesión de la "verdad".
Entre los temas simbólicos de Cristo no se debe olvidar una imagen insólita y sorprendente que manifiesta la permeabilidad de este primer arte cristiano para adaptarse a motivos paganos de escasa religiosidad.
Se trata de Cristo-Sol del mausoleo de los Julios, en la necrópolis vaticana, donde aparece Cristo, erguido, ascendiendo a los cielos en un carro tirado por caballos blancos. La cabeza nimbada emana destellos de luminosidad.
El carro arrastrado por corceles a través de los cielos es un tema usual entre los artistas paganos a la hora de representar la ascensión de un dios o de un héroe, o al mismo emperador en su gloria póstuma. Por ello esta representación, ante la ausencia de un signo específicamente cristiano, podría suscitar dudas acerca de su identidad religiosa o pagana; pero el carácter del propio monumento, pródigo en temas ineludiblemente cristianos, sólo permite pensar que, en este caso, el proceso de cristianización ha sublimado aún más los significados originarios desde los contenidos de la moral cristiana.
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El cristianismo, partiendo de un culto ancestral, identifica sol y luz como se reitera en evangelios y epístolas. La luz es un signo que manifiesta visiblemente algo de Dios: es el reflejo de su gloria. Y así este Cristo-Helios es el Cristo-Luz. En el pensamiento de los Padres sol, luz y Cristo también son ideas especialmente relacionadas y no es difícil encontrar en sus obras símiles literarios donde se parangona, por ejemplo, la resurrección de Cristo con la salida del sol.
LA ICONOGRAFÍA DE LOS SACRAMENTOS
El Cristo-Pescador, en cambio, es ya una alegoría del Bautismo que nos introduce en el campo temático alusivo a los Sacramentos. La figura del Pescador, habitual en las artes figurativas contemporáneas de carácter pagano, simboliza a Cristo pescador de almas a través de las aguas del Bautismo.
El simbolismo del agua como signo de purificación y vida es muy frecuente en la historia de las religiones y resurge también en el cristianismo. Tertuliano, en el Tratado " De Baptismo", define a los fieles cristianos como "pequeños peces nacidos del agua". Efectivamente, de acuerdo con la Teología del Bautismo, a través de la inmersión en el agua bautismal y de la emersión que le sigue, el catecúmeno participa simbólicamente en la muerte y en la resurrección de Cristo. Es la condición necesaria para que el fiel cristiano resucite con Cristo a una nueva vida, se integre en el cuerpo de la Iglesia y pueda entrar en el reino de Dios.
La escena de los pescadores faenando en la barca y recogiendo sus redes llenas de peces es la imagen que mejor se adecúa a esta doctrina. Los peces simbolizan el nacimiento de un cristiano; la barca y los pescadores a la Iglesia, testimoniando así las palabras de Cristo a Simón Pedro en la "pesca milagrosa" "Desde ahora serás pescador de hombres" (Lc. 5, 10).
Ahora bien, como el tema del Bautismo responde a una de las afirmaciones dogmáticas más relevantes que transmite el arte cristiano del siglo III, quizá para incidir aún más en su importancia y contenido ofrece también una vertiente descriptiva basada en los relatos evangélicos (Mc. 1, 9; Mt. 3, 13; Lc. 3, 21).
Cristo, en forma de niño, recibe el bautismo de manos de Juan, mientras la mano de Dios-Padre o la paloma planean sobre su cabeza. Esta singular forma de representar a Cristo puede tener su origen en la liturgia bautismal que denominaba "pueri" o "infantes" a los catecúmenos. Sin embargo, no todas estas escenas representan el bautismo de Cristo. Aparece en muchas de ellas una imposición de manos sobre la cabeza del neófito que alude simplemente al bautismo de los fieles. Incluso a veces también aparece la paloma, en referencia a la invocación del Espíritu Santo propia de la liturgia bautismal.
La Eucaristía es el otro Sacramento que aparece en las artes figurativas del siglo III, y tal como su contenido dogmático lo requiere, se reviste de un número mayor de imágenes, asimismo simbólicas y descriptivas, para transmitir al fiel su trascendencia; se encuentra ante el epicentro del mensaje cristiano.
La vid y el cesto de panes, a veces unido a un pez, son alegorías frecuentes de este Sacramento. Pero las escenas más significativas son aquellas que por su contenido temático se aproximan al concepto de Banquete.
En la multiplicación de los panes y peces, cuando Cristo mediante un milagro da de comer a una multitud que le sigue y le escucha (Mt. 14, 3), el pan milagroso prefigura y prepara la Eucaristía.
El Refrigerium, recuerdo del ágape funerario, se convierte también en banquete eucarístico, cuando encima de la mesa, ante los comensales, aparecen los panes y los peces.
La insistente aparición del pez, junto al pan, no es producto de la casualidad. La palabra griega pez, mediante el procedimiento acróstico, significaba Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador. Luego era un símbolo que incidía aún más en la idea de que el mismo Cristo se inmolaba en el Sacramento, como se inmoló en la cruz.
Mediante el alimento eucarístico el cristiano rememoraba la muerte redentora que va a liberar a los hombres del pecado y que, a través de la resurrección, les da paso a la vida eterna.
[18]

LA ICONOGRAFÍA DEL MÁS ALLÁ
Sin embargo, el Refrigerium puede convertirse en una iconografía del más allá cuando el ágape[19], desprovisto de todo aditamento (panes y peces), se transforme en banquete celestial. Es un tema estrechamente ligado al Banquete Eucarístico, ya que son muchos los textos de la Biblia que ven en la Santa Cena una preparación del Banquete Mesiánico en el que Cristo volverá a encontrarse con los suyos.
Pero no sólo el ágape alude en el arte cristiano a este Refrigerium celestial; es decir, al lugar "de la luz y de la paz", según el Canon de la misa, donde se encuentran las almas en redención. Puede estar reflejado, por ejemplo, en la sombra de un arbusto. Esta simbología, que no aparece en textos bíblicos, ni en los primeros Padres de la Iglesia, debe surgir más bien como consecuencia de una actitud popular que asimila en parte la historia de Jonás con el mito de Endymion y crea un Jonás cansado y adormecido bajo un arbusto como imagen del alma en el paraíso.El mito de Endymion se había convertido entre los romanos de época en una invocación funeraria para conseguir sus deseos de bienaventuranza y eternidad.
A Endymion, pastor de gran belleza, amado por Selene, Zeus le permitió elegir la existencia que más deseara. Pidió no envejecer nunca, ser inmortal; y Zeus le dejó sumido en un sueño sin fin. Ya el mismo relato justifica la alegoría. Endymion se convierte en el símbolo de la felicidad humana que se desliza hacia la bienaventuranza eterna.
El mito se aplica concretamente a la última fase del ciclo de Jonás que cuenta sus incidencias en el mar, desde el momento en que fue arrojado de la barca, devorado por un gran pez y vomitado a tierra por el cetáceo después de tenerle en su vientre tres días y tres noches (Jonás, 1).
La imaginación popular, no el relato bíblico, presupone que Jonás, después de su peripecia, descansa en un paraje frondoso y se queda adormecido. Es el Endymion cristianizado que se convierte en la imagen del alma en el paraíso.
Pero también se ha interpretado la escena de Endymion como el reposo intermedio del alma bienaventurada a la espera de su destino final. Parece, en efecto, que la religiosidad romana, por influencia de ciertas doctrinas filosófico-religiosas, situaba en la luna[20] el proceso de purificación necesario para que las almas pulieran alcanzar el cielo empíreo. En este lugar de paso, precisamente, colocaban a Endymion.
De un modo significativo Tertuliano parece aceptar esta misma teoría en el pasaje de su Tratado "De Anima", cuando se pregunta dónde permanecerán las almas hasta el final de los tiempos, y aventura como posibles lugares el aire o la luna. Obsesionado, sin duda, por el tema vuelve a insistir en la idea de un " refrigerium interim" en su obra "Contra Marción"; pero aquí olvida el ámbito lunar y, apoyándose en la historia del pobre Lázaro y el rico Epulón, imagina que el "receptáculo temporal" de los justos en espera de la resurrección será el seno de Abraham.
No obstante, es una noción excesivamente sutil, también aislada, como para poderla incorporar, sin vacilaciones, a esta iconografía del más allá. Los teólogos, los mismos fieles, se cuestionarán en múltiples ocasiones el destino inmediato del alma después de la muerte; pero intentar percibir estos matices en los símbolos alusivos al alma en estado de gracia resulta en exceso audaz y poco convincente.
Curiosamente el primer arte cristiano vuelve de nuevo sus ojos a los mitos paganos para lograr otra imagen del alma redimida. Será en la fábula de Eros y Psique, transmitida por Apuleyo, que ya había sido interpretada por platónicos y neoplatónicos como una promesa de la dicha eterna en el más allá.
Psique, amante de Eros, es el prototipo de la desdicha a consecuencia de las luchas entre el amor humano y el amor divino. En este aspecto personifica el destino del alma humana. Su recompensa será quedar unida a Eros en la inmortalidad.
Psique, como es lógico, pasa a representar el alma en redención, y el beso de Eros y Psique, símbolo de su unión inmortal, tantas veces representado en la iconografía pagana, menos en la cristiana, simbolizará la resurrección y la dicha eterna.[21]
ICONOGRAFÍA BÍBLICA
Entre los temas bíblicos predominan ampliamente las escenas vétero-testamentarias que tienen como mensaje común la salvación del protagonista frente al peligro de muerte gracias al poder de la oración. Son historias como las de Noé en el arca, el sacrificio de Isaac, David frente a Goliat, Susana y los viejos, Daniel entre los leones, etc. Se trata, en suma, de una iconografía que se apoya expresamente en la idea de salvación.
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Según la opinión más generalizada se inspiran en las oraciones litúrgicas de carácter funerario, las "Conmendatio Animae", cuyo desarrollo coincide exactamente con el afán de súplica que subyace en estas representaciones. Estas oraciones exponían la intervención divina en favor de ciertos personajes bíblicos y expresaban su deseo de que Dios ejerciera la misma benevolencia con el difunto.
Sin embargo, los rituales más antiguos de las " Conmendatio Animae" datan de los siglos VIII-IX, y aunque esto no significa que su origen sea tan tardío, tampoco hay datos para pensar que existiera esta oración en el siglo III.
Se conocen, en cambio, plegarias similares de esta época, sobre todo oraciones individuales, que invocaban el poder salvador de Dios. La misma liturgia bautismal, como algo después las oraciones de la Vigilia Pascual, acuden también a estas fórmulas.Esto explica por qué monumentos funerarios, baptisterios, adornos personales u objetos de uso común, como vasos o copas, se decoraran con este tipo de temas. Se habían convertido para el fiel cristiano en auténticos paradigmas de Salvación y, según Grabar, habían llegado a adquirir un cierto valor profiláctico (es decir que sirven para proteger una enfermedad en este caso supongo que el autor se refiere a protección del mal).
Parece que las plegarias individuales eran de origen judío. Si el ritual judío ha estado presente, como parece, en el nacimiento y desarrollo de la primera liturgia cristiana, cabe encontrar entonces aquí una justificación para el cúmulo de temas vétero-testamentarios frente a algunos, muy pocos, del Nuevo Testamento, referentes a los milagros de Cristo, que se añaden para completar estos ciclos de Salvación como testimonio de que la protección de Dios al hombre continúa también en la Nueva Ley.
Epístolas y escritos de los Padres de la Iglesia insisten en interpretar el Antiguo Testamento como una prefiguración del Nuevo. Es decir, se trata de llegar a una comprensión espiritual de la Antigua Ley capaz de percibir ciertos núcleos de su historia corno prefigura o anticipo de episodios evangélicos.
Aparecen, en cambio, como ya se ha dicho, muy pocas escenas del Nuevo Testamento fuera de aquellas que forman parte de los ejemplos de Salvación. Una de ellas, muy conocida, incluso oscila todavía en el ámbito del Antiguo Testamento. Se trata de la mujer con un niño en los brazos junto a un personaje masculino que señala una estrella. Nadie duda de la representación de María y el Niño; el problema es identificar al personaje podría ser un profeta o el mismo José esposo de María. Llegar a saber qué profecía es la representada resulta imposible e incluso poco importante. Lo fundamental es reseñar que aquí en esta escena aparece anunciada y encarnada la Redención.
Desde el punto de vista catequético surge como antítesis de la representación de Adán y Eva, frecuente en las artes plásticas del siglo III; es la manifestación de que frente a las tinieblas del error y del pecado emerge la luz de la verdad y de la gracia.
La imagen de María con Jesús en los brazos puede tener también un antecedente iconográfico pagano: la diosa Isis con un pequeño Horus en sus brazos, cuyo culto se extendió por el Mediterráneo y llegó a Roma en los primeros siglos de nuestra era. [23]
La Anunciación alude en algunas ocasiones, muy pocas, a la realidad de la Encarnación; pero este período inicial de la vida de Cristo se centra preferentemente en la Adoración de los Magos como expresión teofánica del Niño Dios. Es un mensaje cuya relevancia queda especial y tiernamente subrayada en esos gentiles, dos Magos, que, venidos de lejanas tierras, ofrendan sus dones al Niño, en brazos de su Madre, y le reconocen y proclaman como auténtico Mesías.
Extraña, sin embargo, la ausencia de escenas descriptivas referentes a la Pasión y a la Resurrección de Cristo como hechos esenciales del proceso de Salvación cristiano.
En el caso de la Pasión cabe pensar en el pudor de las comunidades cristianas para representar a Cristo sometido al tormento y a una muerte destinada a los malhechores de la sociedad judía.
Respecto a la Resurrección se podría justificar, según P. de Bourguet, en la dificultad que entraña pasar del estadio de la idea a la concreción plástica del relato.
Pero también es posible que los principios sustanciales del dogma cristiano fueran entonces perceptibles por el camino de la alegoría. No hay que olvidar que la sociedad de esta época se encuentra inmersa y habituada al mundo de los símbolos, y capacitada para su comprensión.Lo mismo sucede con la Resurrección prefigurada en la del propio Lázaro o en el Jonás vomitado por el cetáceo; incluso la imagen del Jonás adormecido en el más allá pudiera simbolizar el corolario de la Ascensión.
En estos casos el fiel debe comprender fácilmente el símbolo porque tiene asumido el sentido alegórico de la prefiguración entre Antiguo y Nuevo Testamento.

[24] En lo siguiente anexare un tratado iconográfico del libro de Juan Carmona Muela, donde veremos los episodios más importantes de la biblia, representaciones más frecuentes, atributos, vinculaciones y otros significados.









CONCLUSIONES
En conclusión vemos la iconografía cristiana permeada en gran escala de esta doctrina, que en conjunto es una mezcla de muchísimos de los rituales del cercano y mediano oriente, tanto los creadores de esta religión como muchos de los representantes de esta en alguna corriente artística, debieron o deben de tener un amplio conocimiento de las religiones mistéricas o por lo menos de la biblia así como un gran análisis hermenéutico de esta, en la bibliografía anexa a este trabajo remitiré un link hacia una pagina con un documental muy bueno en mi particular punto de vista llamado Zeigeist, donde tendremos mayor comprensión de algunos puntos de este trabajo, por otra parte anexo la bibliografía del libro empleado, así como de la pagina web donde también me apoye bastante para la realización de este, finalmente puntualizo en la reflexión de la importancia de los iconos no solo para el arte, sino también política e ideológica, nuevamente el arte nos enseña que no solo es una forma de expresión y ó goce estético, sino también la mejor forma de comunicación de un ser humano a otro, recuerdo un trabajo que hice en primer semestre para la materia de técnicas y métodos de investigación histórica titulado “El muralismo en México en la primera mitad del siglo XX a través de la visión pedagógica de tres de sus mayores exponentes: Rivera, Siqueiros y Orozco” como estos a través de sus murales apoyaron, criticaron y hasta repudiaron, los movimientos históricos, políticos y sociales de su nación, en este caso México, invito al lector a reflexionar no solo en la iconografía cristiana sino, en la de toda movimiento artístico ya sea de índole religiosa, política o publicitaria y así podrá comprender la esencia de estos artistas, su pensamiento, religión e ideología, ya que el estudio iconográfico es para el arte lo que la hermenéutica lo es a la escritura.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.fuesp.com/revistas/pag/cai0701.html
Carmona Muela Juan, Iconografía cristiana: guía básica para estudiantes, Madrid, edit. Akal, 2008, 187p.p
http://www.cinetube.es/documentales/zeitgeist.html link del documental Zeitgeist
Guignebert, Charles, El cristianismo antiguo, octava reimpresión, México, F.C.E colecc. Breviarios, 2005

[1] El Concilio de Trento fue un concilio ecuménico (asamblea celebrada por la Iglesia Católica con carácter general a la que son convocados todos los obispos para reconocer la verdad en materia de doctrina o de práctica y proclamarla) de la Iglesia Católica Romana en periodos discontinuos, que duró desde 1545 a 1563. Tuvo lugar en Trento, una ciudad del norte de la Italia actual, que entonces era una ciudad libre regida por un príncipe-obispo.
[2] Un dogma es una doctrina sostenida por una religión u otra organización de autoridad y que no admite réplica.
[3] Entendemos por devoción, la entrega total a una experiencia, por lo general de carácter místico. Es el sentimiento mediante el cual se expresa el amor a Dios. Es también la irresistible atracción hacia una idea, una persona, un rey, un santo, una persona amada o un ser vivo.
[4] Véase más en Juan Carmona Muela, Iconografía cristiana: guía básica para estudiantes, Madrid, edit. Akal, 2008, 11p.p

[5] Como decálogo nos referimos a los diez mandamientos que recibe moisés en el monte Sinaí.
[6] Véase más en el nuevo testamento en Mateo lugar ya citado o en Loc. Cit.
[7] Si se desea consultar más sobre el antiguo cristianismo así como su difusión por parte de Pablo véase en Charles Guignebert, el cristianismo antiguo, octava reimpresión, México, F.C.E colecc. Breviarios, 2005

[8] La esvástica o suástica[1] (en sánscrito: स्वस्तिक, suastika) es una cruz cuyos brazos están doblados en ángulo recto, ya sea hacia la derecha 卐 o bien, hacia la izquierda 卍. El término proviene del sánscrito swastika, que significa "buena suerte" (literalmente "forma bendita").
[9] La primera es la imagen usada por Hitler en su bandera de nacional socialismo, la segunda es la suástica como símbolo de la antigüedad y la tercera es la forma decorativa estilo hindú.
[10] Véase más en Juan Carmona Muela, Op. Cit., 15p.p
[11] El Edicto de Milán (d.C. 313), conocido también como La tolerancia del cristianismo, fue un edicto promulgado en Milán que estableció la libertad de religión en el Imperio Romano, dando fin a las persecuciones dirigidas por las autoridades contra ciertos grupos religiosos, particularmente los cristianos. El edicto fue firmado por Constantino I y Licinio, dirigentes de los imperios romanos de Occidente y Oriente, respectivamente.
[12] El Crismón o Lábaro, estandarte militar de Constantino tras su conversión, el Crismón esta formado por la superposición de las dos primeras letras de Cristo en griego X y P es decir 'χριστ'.
[13] Juan Carmona Muela, O.p .Cit., 18 pp.
[14] Todo esto no debería extrañarnos, en tiempos mesopotámicos o donde las culturas de esta región comenzaban un pensamiento científico a través de la astronomía y demás, habían dividido el mundo en eras, el nombre de estas eras sometido a los 12 signos del zodiaco, la era de Tauro fue la primera para los hombres históricos y sedentarios, seguiría en orden descendiente así que vendría la era del carnero Aries, para el nacimiento de Jesús y actualmente hablaríamos de piscis, por el eso la relevancia de este animal en la iconografías cristiana, el símbolo que conocemos como ichthys, los milagros de los peces etc. estas eran duran poco mas de dos milenios la que vendría sería la era de Acuario.
[15] En la primera imagen tenemos al Cristo el buen pastor, en la segunda una representación del Crióforo y por ultimo tenemos al Moscóforo.
[16] El Cristo doctor o maestro de sabiduría.
[17] En la primera imagen tenemos al Cristo-sol ascendiendo a los cielos, en la segunda es una representación de Helios (personificación del sol en el mundo griego) en su carro.
[18] Representación de la ultima cena, pasaje del nuevo testamento donde Jesús Cristo da muchos de los principios básicos de la misa, como la eucaristía.
[19] Agapē (en griego αγάπη) es el término griego para describir un tipo de amor incondicional y reflexivo, en el que el amante tiene en cuenta sólo el bien del ser amado y no el propio. Algunos filósofos griegos del tiempo de Platón emplearon el término para designar, por contraposición al amor personal, el amor universal, entendido como amor a la verdad o a la humanidad.
[20] No me extraña la imagen de la luna en el pensamiento antiguo, fácilmente podría ser una alegoría al sueño, en este caso el sueño eterno, símbolo de descanso, el descanso del alma, el final del sufrimiento en esta vida.
[21] Escultura en mármol de Eros y Psique realizada por el escultor Antonio Cánova actualmente se encuentra en el museo de Louvre.
[22] En la primera imagen vemos a Daniel entre los leones, en la segunda una pintura que representa a David derrotando a Goliat y por último la representación del sacrificio de Isaac y vemos como un ángel llega para detener a Abraham a cometer este acto, esta ultima pintura es de Domenico Zampieri se titula “el sacrificio de Isaac” es óleo sobre lienzo de la etapa barroca.
[23] Yuxtaposición de las imágenes de Isis y el niño Horus y María y el niño Jesús.
[24] Imagen de Cristo resucitando, saliendo de su tumba, vemos a los soldados romanos cegados por la luz que desprende, alusión al sol y sus rayos que dan calor y luz ante las tinieblas y adversidades arriba de esta tenemos en primera instancia tenemos a Jonás expelido por la ballena en la playa y a la derecha la resurrección de Lázaro.









[1] El Concilio de Trento fue un concilio ecuménico (asamblea celebrada por la Iglesia Católica con carácter general a la que son convocados todos los obispos para reconocer la verdad en materia de doctrina o de práctica y proclamarla) de la Iglesia Católica Romana en periodos discontinuos, que duró desde 1545 a 1563. Tuvo lugar en Trento, una ciudad del norte de la Italia actual, que entonces era una ciudad libre regida por un príncipe-obispo.
[2] Un dogma es una doctrina sostenida por una religión u otra organización de autoridad y que no admite réplica.
[3] Entendemos por devoción, la entrega total a una experiencia, por lo general de carácter místico. Es el sentimiento mediante el cual se expresa el amor a Dios. Es también la irresistible atracción hacia una idea, una persona, un rey, un santo, una persona amada o un ser vivo.
[4] Véase más en Juan Carmona Muela, Iconografía cristiana: guía básica para estudiantes, Madrid, edit. Akal, 2008, 11p.p

[5] Como decálogo nos referimos a los diez mandamientos que recibe moisés en el monte Sinaí.
[6] Véase más en el nuevo testamento en Mateo lugar ya citado o en Loc. Cit.
[7] Si se desea consultar más sobre el antiguo cristianismo así como su difusión por parte de Pablo véase en Charles Guignebert, el cristianismo antiguo, octava reimpresión, México, F.C.E colecc. Breviarios, 2005

[8] La esvástica o suástica[1] (en sánscrito: स्वस्तिक, suastika) es una cruz cuyos brazos están doblados en ángulo recto, ya sea hacia la derecha 卐 o bien, hacia la izquierda 卍. El término proviene del sánscrito swastika, que significa "buena suerte" (literalmente "forma bendita").
[9] La primera es la imagen usada por Hitler en su bandera de nacional socialismo, la segunda es la suástica como símbolo de la antigüedad y la tercera es la forma decorativa estilo hindú.
[10] Véase más en Juan Carmona Muela, Op. Cit., 15p.p
[11] El Edicto de Milán (d.C. 313), conocido también como La tolerancia del cristianismo, fue un edicto promulgado en Milán que estableció la libertad de religión en el Imperio Romano, dando fin a las persecuciones dirigidas por las autoridades contra ciertos grupos religiosos, particularmente los cristianos. El edicto fue firmado por Constantino I y Licinio, dirigentes de los imperios romanos de Occidente y Oriente, respectivamente.
[12] El Crismón o Lábaro, estandarte militar de Constantino tras su conversión, el Crismón esta formado por la superposición de las dos primeras letras de Cristo en griego X y P es decir 'χριστ'.
[13] Juan Carmona Muela, O.p .Cit., 18 pp.
[14] Todo esto no debería extrañarnos, en tiempos mesopotámicos o donde las culturas de esta región comenzaban un pensamiento científico a través de la astronomía y demás, habían dividido el mundo en eras, el nombre de estas eras sometido a los 12 signos del zodiaco, la era de Tauro fue la primera para los hombres históricos y sedentarios, seguiría en orden descendiente así que vendría la era del carnero Aries, para el nacimiento de Jesús y actualmente hablaríamos de piscis, por el eso la relevancia de este animal en la iconografías cristiana, el símbolo que conocemos como ichthys, los milagros de los peces etc. estas eran duran poco mas de dos milenios la que vendría sería la era de Acuario.
[15] En la primera imagen tenemos al Cristo el buen pastor, en la segunda una representación del Crióforo y por ultimo tenemos al Moscóforo.
[16] El Cristo doctor o maestro de sabiduría.
[17] En la primera imagen tenemos al Cristo-sol ascendiendo a los cielos, en la segunda es una representación de Helios (personificación del sol en el mundo griego) en su carro.
[18] Representación de la ultima cena, pasaje del nuevo testamento donde Jesús Cristo da muchos de los principios básicos de la misa, como la eucaristía.
[19] Agapē (en griego αγάπη) es el término griego para describir un tipo de amor incondicional y reflexivo, en el que el amante tiene en cuenta sólo el bien del ser amado y no el propio. Algunos filósofos griegos del tiempo de Platón emplearon el término para designar, por contraposición al amor personal, el amor universal, entendido como amor a la verdad o a la humanidad.
[20] No me extraña la imagen de la luna en el pensamiento antiguo, fácilmente podría ser una alegoría al sueño, en este caso el sueño eterno, símbolo de descanso, el descanso del alma, el final del sufrimiento en esta vida.
[21] Escultura en mármol de Eros y Psique realizada por el escultor Antonio Cánova actualmente se encuentra en el museo de Louvre.
[22] En la primera imagen vemos a Daniel entre los leones, en la segunda una pintura que representa a David derrotando a Goliat y por último la representación del sacrificio de Isaac y vemos como un ángel llega para detener a Abraham a cometer este acto, esta ultima pintura es de Domenico Zampieri se titula “el sacrificio de Isaac” es óleo sobre lienzo de la etapa barroca.
[23] Yuxtaposición de las imágenes de Isis y el niño Horus y María y el niño Jesús.
[24] Imagen de Cristo resucitando, saliendo de su tumba, vemos a los soldados romanos cegados por la luz que desprende, alusión al sol y sus rayos que dan calor y luz ante las tinieblas y adversidades arriba de esta tenemos en primera instancia tenemos a Jonás expelido por la ballena en la playa y a la derecha la resurrección de Lázaro.

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