jueves, 5 de febrero de 2009

UN MOLESTO MALESTAR


Este ensayo, no es más que una pequeña interpretación de la obra escrita por Sigmund Freud, titulada el malestar en la cultura, veremos como el autor plantea como la sociedad, mundialmente hablando, muchas veces no puede aceptar su propia cultura, generando un malestar individual y colectivo, un malestar de masas, esto según Freud es debido a ese sentimiento ¿inalcanzable?, llamado Felicidad.

Debemos comenzar este ensayo, haciéndonos dos preguntas, las cuales el autor afirma con certeza, ¿el hombre desea o aspira poder tener la felicidad?, ¿es molesto para la cultura esta búsqueda de la felicidad?, pareciese que así es en muchos casos y momentos, el hombre espera no tener que enfrentarse a la parte dura de la vida, es decir, aquellos momentos que conocemos como instantes de sufrimiento, partes concisas para alcanzar la preciada felicidad.

Antes de continuar debemos responder a la siguiente pregunta ¿qué es el sufrimiento?, el ser humano entiende por sufrimiento, todo aquello que le causa dolor, tristeza, síntomas en su organismo que le sean desagradables, atormentantes, que si nos detenemos a pensar por un momento, podrían llevarnos a una sensación de placer, inclusive una motivación a mejorar ciertas actitudes ante la vida.

Por otra parte, el ser humano tiende a reprimir, bloquear, estos acontecimientos en su vida que le han causado dolor, bajo los efectos de alguna sustancia química u orgánica, psicotrópicos, alucinógenos, bebidas embriagantes, estupefacientes, que en el organismo ocasionan un estado de relajación, provocando una exaltación en los sentidos, que inconscientemente, causan placer, sin embargo si la mente del hombre así lo desea, pueden funcionar como un catalizador y aumentar dicha sensación (somáticamente) que nos aflige, nos deprime, inclusive nos causa satisfacción, la satisfacción de creer ejercer nuestra libertad, tras ir en contra de todo aquello que está prohibido, dígase normas impuestas por la sociedad, el estado, o la religión.

El ser humano tiende a escapar de su realidad tomando en cuenta ese mito creado por la sociedad de que “la vida en si misma es difícil” por eso pretende olvidarse de ella, saltarse etapas de su vida que son claves para su propio conocimiento, ¿a quién no le ha pasado por su mente siendo infante, el querer ser mayor?, todos hemos querido ser mayores y tener dinero, una mansión o por lo menos vivir en un penthouse, tener como esposa a una Top model e hijos sanos, fuertes y hermosos, sentados frente al televisor, sin preocupaciones, con un trabajo que nos sea agradable y por su puesto siendo el jefe de la empresa, es como menciona Sigmund Freud en su obra el malestar en la cultura, cuando nos da el ejemplo del ermitaño:

El ermitaño vuelve la espalda a este mundo y nada quiere tener que hacer con él. Pero también se puede ir más lejos, empeñándose en transformarlo, construyendo en su lugar un nuevo mundo en el cual queden eliminados los rasgos más intolerables, sustituidos por otros adecuados a los propios deseos[1]

Otro lugar donde el ser humano busca la felicidad es en el placer sexual, sea autosuficiente o con otras personas, este no puede percibir o mejor dicho, querer encontrar la felicidad en el coito, debido a que esta actividad humana, causa un placer somático y ligeramente mental, aunque sea por un instante, el hombre piensa que llega a alcanzar un grado de divinidad en el momento del orgasmo “semejante actitud psíquica nos es familiar a todos; una de las formas en que el amor se manifiesta, el amor sexual, nos proporciona la experiencia placentera más poderosa y subyugante, estableciendo así el prototipo de nuestras aspiraciones de felicidad”[2]

La búsqueda de la felicidad pareciese ser que no es el mayor problema del porque el hombre esta peleado con su cultura, sin embargo es un gran causante, es decir, el hombre no es feliz por que las cosas no son como el desea, la cultura es un conjunto de ideas, un reflejo de lo consuetudinario, no en una persona, sino en una sociedad, y la cultura mayor o dominante es impuesta por aquellos vencedores, aquellos con dominio y con poder, sea ideológico, político, militar, económico, etc.; que pueden hacer que prevalezca dicha cultura. El hombre de manera individual, quisiera que su forma de pensar fuera la dominante, sin embargo, sería un cuento de nunca acabar, ya que siempre habría alguien que estaría en desacuerdo con los cánones establecidos.

Cuando hablamos de cánones, patrones, debemos hablar de legislaciones, puestas o impuestas por el estado, el poder, para su propio pueblo. El ser humano como individuo espera que estas le sean benefactoras y que no sean transgredidas “así pues, el primer requisito cultural es el de la justicia, o sea, la seguridad de que el orden jurídico, una vez establecido, ya no será violado a favor de un individuo, sin que esto implique un pronunciamiento sobre el valor ético de semejante derecho”[3] si estas no son respetadas pueden generar un malestar cultural, social, nacional, inclusive mundial.

Este malestar no solo suele ser de manera individual, sino colectivo, ideológico, cuando se establecen estas leyes se busca la satisfacción de los legislados, de todo un pueblo, sin importar raza, religión o clase social, es o son para todos a los que les rigen, sin embargo resulta difícil que estas conlleven felicidad, ya que la mayorías de los países, lejos de que mucho tienen un carácter cosmopolita, tienen en su misma cultura, una serie de llamadas subculturas, alter-culturas y por si fuera poco contraculturas, todas con distintas formas de pensamiento, distintas visiones de la vida o del cómo de debe vivir, de cómo progresar, y sobre todo distinta formas de percibir, felicidad.

Las ideologías no son más que ideas de una mente o un grupo de mentes que tienen un pensamiento progresista, político, educativo, filosófico, etc. El ser humano tiende a buscar la dominación o el dominar a una persona o grupo de personas, dice Freud ”Las hembras por su parte, no queriendo separarse de su prole inerme, también se vieron obligadas a permanecer, en interés de ésta, junto al macho más fuerte” solo que a diferencia, esto no solo tiene un carácter heterogéneo, también homogéneo, el ser humano busca siempre a la persona dominante para su propio dominio futuro, para su progreso personal, su felicidad, siempre existirán estas personas dominantes, en todos los tiempos, culturas, civilizaciones, estructuras, etc. Siempre a habido dominante y dominados, jefes de la tribu, del clan, un rey, emperador, faraón, presidente y muchas formas más de llamarle, esto no solo se da en el estado, sino en la filosofía, la literatura, el arte, en todo, mentes que puedan aportar algo trascendental, sea malo o bueno, Nitzche plantea en casi toda su obra, la muerte de los débiles, cabe mencionar que no se refiere a una muerte física, como lo han tergiversado muchas mentes maniacas, sino en todo caso, una muerte intelectual, siendo así que aquellos que no aporten nada a dicha cultura, desaparezcan o empeñen su vida en la búsqueda de conocimiento, es decir que aporten algo para el progreso de su sociedad.

Ahora hablemos de algo que siempre ha ocasionado debates y malestares estomacales, más que culturales, me refiero a los llamados valores, valores sociales-religiosos, desde muy pequeños, dependiendo de nuestra situación económica-socio-cultural, la familia nos llena o nos enseña cierto tipo de valores, por ejemplo, Freíd nos da el ejemplo del mandamiento bíblico judío-cristiano, amarás a tu prójimo, el ser humano bajo este precepto, tiende a ser muy empático, tiende a sentir dolor cuando ve el sufrimiento de alguien más, por mucho que uno este en contra de la persona mencionada, sea amigo, enemigo, familiar o nada que nos ligue a él. Por ejemplo, una persona es asesinada, su familia exige justicia, el homicida es apresado y es condenado a muerte, la familia esta presente en la ejecución, le causa satisfacción saber que se hará justicia, que no es otra cosa que un sentimiento bueno o malo de venganza. Al ver que a esta persona le causa dolor, no les gustaría estar en su lugar, sin embargo al recordar al ser amado al cual este individuo le privó de la vida, les causa una satisfacción que no implica felicidad, todo lo contrario, dolor por el ser amado y por el propio asesino.
Este carácter maniqueo, es decir conceptos creados por el hombre de lo bueno y lo malo, es algo que se nos enseña desde los primeros pasos de nuestra formación, en la casa, la escuela y en el medio donde solemos estar; vuelvo a retomar el ejemplo pasado, es malo matar, sin embargo es bueno hacer justicia ¿aunque eso implique tener que matar? el asesino es condenado a muerte y eso es bueno ¿es que acaso no es una incongruencia? Parece ser que la ley de la reciprocidad, ojo x ojo, diente x diente <> sigue vigente hoy día en muchos lugares.

Lo siguiente que mencionaré es algo que muchos han retomado, han dicho, quizá sea una idea trillada, pero es una realidad “el hombre es rapaz por naturaleza” frase celebre del filosofo Tomás Hobbes, así como Freud retoma las palabras latinas “homo hominis lupu” es decir el hombre es un lobo para el hombre[4].

Sin duda alguna el ser humano tiende a buscar una rivalidad con algo o alguien, para satisfacer sus propias necesidades, alguien con quien competir para buscar plasmarle su idea, implantársela, refutarlo, vaya convencer al otro de que su concepto, idea, su saber es mejor que el opuesto, este tipo de rivalidades tampoco nos generan felicidad, al contrario provocan frustraciones, muchas veces egocentrismos absurdos, testarudos, que más que aportar la adquisición de un conocimiento, nos dirigen a un detenimiento de pensamiento, ya que cuando la rivalidad es insana, solo buscarás aplastar a tu rival y no realmente lo que es mayormente positivo, la creación de una idea mejor, de un conocimiento recíproco, un conocimiento general, el cual es mas fácil que pueda generar felicidad que una idea impuesta, sea positiva o negativa.

Esto es a grandes rasgos muchas de las ideas que nos plantea Sigmund Freud, del porque existe este malestar en la cultura, como nosotros mismo generamos dicho malestar, ansiando alcanzar la felicidad, la paz y nunca lo logramos.
El mayor problema pudiese venir si ocurriese lo que menciona Freud casi en las últimas líneas de este tratado:

A mi juicio, el destino de la especie humana será decidido por la circunstancia de si, y hasta que punto, el desarrollo cultural logrará hacer frente a las perturbaciones de la vida colectiva emanadas del instinto de agresión y de autodestrucción.[5]

sin embargo no quiero decir que la felicidad no pueda encontrarse, tampoco quiero ser tan pesimista, claro que existe, aunque sea por momentos, por instantes, para los actores, el momento en que están arriba de un escenario, para los investigadores, el momento en que descubren algo, para los padres, el nacimiento del hijo y para el hijo el momento en que sus padres están juntos, bueno después de estas frases tan románticas, podemos decir que cuando mas ansia algo un individuo, más obstáculos podrán presentársele, pero no por eso, uno debe dejar de luchar, de trabajar, al contrario. Cuando uno rehuye de su realidad, no esta haciendo otra cosa que generar el peor de todos los malestares culturales, la indiferencia, es en ese momento cuando uno observa alrededor de donde habita, se ve así mismo y dice, que molesto malestar.

BIBLIOGRAFÍA:

Freud Sigmund, el malestar en la cultura, México, colofón, tercera edición, 2005







[1] El ermitaño quiere crear su propio mundo, desafortunadamente o afortunadamente, dependiendo la perspectiva, en este espacio y tiempo, dudo mucho que alguien se pudiese hacer ermitaño, ya que en lugar de vivir en un bosque viviría debajo de algún edificio o puente, en México debajo del segundo piso del periférico, o arriba, el penthouse anhelado, sin embargo la pregunta es ¿Cómo querer mejorar la vida sin saber las necesidades de terceros, ahora, vayamos al segundo plano, si se quiere crear un mundo propio, el sufrimiento puede reincidir motivo a nuestras propias frustraciones, véase Sigmund Freud, el malestar en la cultura, México, colofón, tercera edición, 2005, 74 pp.
[2] Cabe mencionar que la cópula puede causarnos repulsión dependiendo de nuestro estado emocional, si la persona esta deprimida en el momento del coito, esta actividad más que placentera, puede parecernos desagradable, frustrante, puede generar un temor, un miedo al sexo opuesto, paralelo a los síntomas posteriores a una violación(abuso sexual), Op. Cit. 75 pp.
[3] Sin embargo, cuando son violadas por el mismo poder, la sociedad tiende, puede, debe luchar o buscar que estas sean respetadas, ya que estas garantías surgen para sí mismo, como individuos, pueblo, nación, es en ese momento, cuando el hombre pretende ejercer su derecho. Op. Cit. 88pp.
[4] Op. Cit. 102 pp.
[5] Pareciese que Freud fue un visionario, un profeta, ya que actualmente vemos como nos matamos unos a otros sin motivo alguno, como desde pequeños enseñamos a los infantes a matar, con videojuegos de guerra y asesinato, inclusive los enseñamos a vivir del ocio, ya que según las producciones hollywoodescas los norteamericanos, nos van a salvar a todos de los dictadores, de los tiranos, de la opresión y la opulencia, por otra parte es un tanto exagerado el señor Freud. Op. Cit. 134 pp.

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